Este año se cumplen medio siglo de la existencia de uno de los primeros equipos de Fútbol Interno del Club Atlético River Plate. Formosa nació a partir de la amistad cuando varios socios que, como nosotros, aman el fútbol, se juntaron para materializar en un equipo de fútbol los valores de la lealtad, de la generosidad y de la pasión por el deporte. En aquellos años de dictaduras, partido mayoritario proscripto y de presiones militares, Pedro Pagano y sus amigos dieron el primer paso de lo que sería uno de los equipos actuales más longevos.
Formosa fue cobijo de lo más heterogéneo que un equipo de fútbol puede albergar. Han pasado, como jugadores y como hinchas, porque Formosa tiene hinchas, y muchos, las más diversas personalidades, profesiones, en fin, caracterizaciones. Podríamos mencionar desde contadores hasta cantantes, desde licenciados de distinto tipo hasta cobradores de deudas. Altos, bajos, morrudos, flacos, pelilargos, pelados, aparatos (¿porqué no?), buscavidas, fanáticos, amargos, dirigentes, adulones, solteros, casados, parientes, perfil alto, perfil bajo, fanfarrones, humildes, pesos pesado, livianitos, gritones, mudos. No parece haber un típico formoseño. Quien eso diga, estará faltando a la verdad.
En todos estos años hubo diversas alegrías. Sobre todo los asados, porque en el plano estrictamente deportivo, no se podría decir que Formosa pasará a la historia. Definitivamente, profundas tristezas. Como cuando se nos fue muy prematuramente Fede, a quien se le cruzó alguien que le apagó la vida que estaba comenzando a vivir plenamente. Y que forma parte de esas ridículas e incomprensibles decisiones del destino que nunca aceptaremos. Siempre formará parte de Formosa.
Formosa es actualmente, y desde hace muchos años, parte importante de Siempre River. La misma motivación que llevó a sus jugadores a dejar el alma por su compañero, es aplicada para hacer lo mejor para nuestro Club. Sin intereses espúreos, ni ocultos. De frente como cada pelota que peleamos en el mediocampo. Sus integrantes se incluyen en forma numerosa entre los adictos al juego colectivo más popular del planeta.
Mucho se habla de la “mística” formoseña. Algunos dirán que sólo se trata de un picapiedrismo elevado a la décima potencia. Que algunos de nuestros jugadores parecieran disfrutar con la destrucción de la belleza de este juego. Podrán decir que sólo nuestros jugadores pueden festejar cuando colgamos una pelota en la Lugones. Nosotros decimos que somos molestos. Jugar contra Formosa molesta. Molesta porque nuestros jugadores sacan una energía y una fuerza interior, en ciertos momentos, que no pueden conseguir los otros equipos. Nuestra fortaleza no es ciertamente la ductilidad, ni el buen juego. Nuestra fortaleza son nuestros compañeros. Porque lo que damos lo damos por ellos. Y por nuestro orgullo. Orgullo de ser formoseños.
Desde este espacio homenajeamos a Formosa, porque Formosa siempre será un homenaje a la amistad.
Martín Scalabrini Ortiz
20 años de formoseño
2 comentarios:
Una gran nota Pocho.
Un abrazo!
PaTo
Formooo...sa....formoooo....sa
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