El 8 de enero de este año nos preguntábamos de qué manera se iba a llevar
adelante el plan de desarrollo de exportaciones 2015 con un mercado
concentrado y dominado por empresas extranjeras, teniendo en cuenta el
poder de veto que este conjunto de actores pueden tener sobre las
políticas públicas por su fuerte poder de fuego al ser generadores de
divisas. Los eventos de los últimos días en materia económica, devaluatoria podríamos decir, parecen dar la respuesta.
En el Nro. 97 de la Revista Qué de Agosto de 1956, Raúl Scalabrini
Ortiz escribía: "Un sólo medio de exportar más: comer menos", con la
simple y precisa aplicación de la fórmula para entender aspectos de
economía, "sólo se necesita saber sumar y restar".
El problema en
aquel momento era la industrialización y el aumento del consumo interno.
El gobierno golpista del 55 quería aumentar la presencia de nuestro
país en los "mercados internacionales" (principalmente Inglaterra)
cumpliendo con el papel asignado de país periférico y semicolonial como
proveedor de materias primas. En ese artículo se explica que para
aumentar las exportaciones es necesario disminuir el nivel de vida de
nuestro pueblo.
Los efectos de una devaluación son conocidos, tal
como también explica don Raúl en "Hacia otra brutal desvalorización del
peso?", Revista Qué Nro. 150, Octubre de 1957. Casi inevitablemente, se
reducirá el nivel de vida de los argentinos, a menos que existan fuerzas
populares capaces de pelear en la puja distributiva que se va a llevar
adelante los próximos meses (ya se está hablando de "adelanto de
paritarias", de "tener cuidado con las expectativas que se generan",
H.Recalde dixit, de "recomposición de precios", etc.).
Analicemos lo que expresan los analistas de uno y otro medio. Raúl
Dellatorre en Página/12 (25/01/14) sugiere que "la devaluación fue el
resultado de una prolongada y sangrienta pulseada con poderosas
corporaciones económicas y financieras (...). Pulseada en la que el
Gobierno debió finalmente ceder". La misma afirmación utilicé el jueves
pasado aquí tratando de dar una identificación un poco más sustancial de
los sectores involucrados.
Por otra parte, en La Nación se habla de
"poner techo al déficit fiscal y la emisión monetaria" (Jorge Oviedo,
25/01/14), que no es otra cosa que bajar el nivel de vida de los
argentinos, y que se debería haber hecho antes de estas medidas. Pablo
Tigani, por su parte, añora el endeudamiento, mientras que Luis Eduardo
Curia acepta la flexibilización del "cepo" pero cuestiona la falta de un
plan integral que contenga "política fiscal, monetaria y de ingresos"
(para los lectores de La Nación es claramente reducir el gasto público,
reducir la emisión monetaria y reducir los ingresos de las mayorías).
Las modificaciones estructurales no se realizaron. Pese al proceso de
reindustrialización acotada de la última década, el perfil productivo
nacional no se modificó en lo sustancial. La extranjerización de la
economía no se revirtió, sino que incluso se profundizó levemente. El
70% de las ventas de la cúpula industrial (100 empresas industriales más
grandes) provienen de empresas extranjeras. Mientras que el 68,1% de
las exportaciones totales de la cúpula industrial fueron explicadas por
las corporaciones transnacionales. Economía extranjerizada con perfil
fuertemente exportador con una inserción en los mercados internacionales
de productos primarios e industriales con baja elaboración es una clara
característica de país semicolonial, de acuerdo a los conceptos que
muchos de nosotros conocemos.
Este sector junto con el
agropecuario por medio del comercio exterior de granos en manos de un
puñado de empresas transnacionales le han dado el brazo a torcer al
Gobierno, tal como señaló el mismo Capitanich diciendo que "la
devaluación no fue inducida por el Estado". La macroeconomía está siendo
definida en otros ámbitos diferentes que la soberanía popular.
En los próximos meses se llevará a cabo la puja redistributiva de este
pequeño shock devaluatorio. El sector trabajador deberá hacer frente a
los intentos de las grandes corporaciones de materializar (ya lo están
haciendo en la medida que no haya aumentos de salarios) esta medida
apoyada y aceptada por los grupos empresarios (UIA, Cámara de la
Construcción, Cámara de Empresarios Mineros, Federación Agraria, Cámara
del Calzado, ADIMRA (aunque en esta cámara creo que hay un mensaje
entrelíneas al decir que "la definición del tipo de cambio corresponde a
la esfera del gobierno nacional (...) y no de algunos pocos que ven en
ello una oportunidad de especulación y ganancia financiera", cuando en
realidad el mismo gobierno asume que no fue así), CGE, etc., Página/12,
25/01/13). Es una situación complicada porque se llega a este momento
con el movimiento obrero organizado dividido y con un resultado de
elecciones (en mi opinión hubo una derechización), que no favorece el
contexto político para enfrentar la pelea.
Mientras tanto la
lucha por la liberación nacional, la independencia económica y la
justicia social, por lo tanto las reformas estructurales, seguirán
esperando.
Martín Scalabrini Ortiz
El giro a la izquierda llegó a México
Hace 6 años
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