Ayer sábado se cumplieron 200 años de la Declaración de nuestra Independencia. ¿Supongo que te pusiste la biescarapela, no? Es importante, gordo. Hay que acompañar al Presi en estos festejos austeros, como deben ser en estos tiempos de crisis. Crisis que heredamos de los populistas, desde luego. Nada que ver con los festejos sutuosos, opulentos, derrochadores, del gobierno anterior. Y además, llenos de gente. En éstos estamos los que valen la pena. Los buenos y lindos. Como los que llevaron el cartelito "Derechos Humanos para los Humanos Derechos", para que se dejen de perseguir a los abuelos que hicieron lo posible para poner el país en orden.
Además, vino el Rey de España en una clara señal de que estamos volviendo al mundo. Como el extraordinario estadista que es, Mauricio afirmó que aquellos héroes de la Independencia "deberían tener angustia de tomar la decisión" de independizarse, valga la redundancia, de ese gran país. Puede que le haya pifiado al verbo, pero el sentido estratégico se entiende muy bien. No vino ningún presidente de América Latina. Mejor. Que los populistas se queden es sus casas. Este es un festejo de gente como uno.
La Justicia sigue dando muestras de raciocinio. El compañero Ministro de Hacienda, Alfonso, fue sobreseído en una causa por lavado de dinero, por supuestamente haber facilitado la fuga del producto de la venta de una empresa de Amalita de Fortabat. Una de esas empresas a las que les interesa el país. El daño que se le hizo a su buen nombre y reputación esta falsa imputación es inmenso y difícil de estimar, como bien dijo el compañero.
Antes de los festejos, Mauricio estuvo de gira por Europa, en otra muestra más de nuestra política de acercamiento al Mundo. Al Mundo que nos interesa. No al otro que da pena. Además, estuvo con los CEOs de las empresas tecnológicas más importantes del mundo. El dueño de esta plataforma maravillosa sobre la que estoy escribiendo y Bill Gates, entre otros. Vamos a conseguir U$S 100.000 millones para hacer crecer al país como corresponde. La modernidad nos llama. El progreso nos busca.
Estamos teniendo un poco de problemas con el tema del aumento de tarifas del gas. Hay algunos que no entienden el proceso de sinceramiento. Y meten amparos, o sea, palos en la rueda. Ese método funcionó en un momento. Para frenar la codicia y la soberbia populista. Pero ahora ya no sirve muchachos. Dejen de joder porque muere en la Corte. ¿O pensás que Lorenzetti y sus colaboradores van de dejar pasar este pedido absurdo de no pagar aumentos del 600% al 1000%? Esta solemne marcha hacia la felicidad y la alegría no se detiene así nomás. En los procesos de reconstrucción siempre habrá inconvenientes. Pero los superaremos con algarabía, júbilo, alborozo y pinchando globos, que tanto! No nos para nadie!
El Papa ya me está hinchando las pelotas. "La Patria no se vende", dijo. No sé porqué lo habrá dicho. Además, si es necesario vender un poquito para llegar a la alegría, se vende. Los economics tienen que cerrar. Los números son los números. Y para que la gente sea feliz, hay que hacer que cierren y generar confianza. Es difícil, lo sabemos. Y tortuoso. Los que se acostumbraron a derrochar, ahora tienen que ajustarse el cinturón. Es lógico que eso duela. Pero es necesario. Vamos por el buen camino, dijo nuestro nuevo líder de masas. Hasta el domingo que viene!
Martín Scalabrini Ortiz
Publicado en Facebook, 10/07/2016
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