Una mirada desde el Pensamiento Nacional a los problemas nacionales.

"Verás que todo es mentira,verás que nada es amor,que al mundo nada le importa...¡Yira!... ¡Yira!...Aunque te quiebre la vida,aunque te muerda un dolor,no esperes nunca una ayuda,ni una mano, ni un favor" (Enrique Santos Discépolo)

martes, 30 de noviembre de 2010

El día de la Industria

Nuestra historia está marcada por hitos que son resaltados de diferente manera de acuerdo a la varilla ideológica con la cual se mide. Sabemos que la “Historia Oficial”, aquella que nació con Bartolomé Mitre y que fue delineada por las clases dominantes, es decir, nuestra oligarquía vernácula, admiradora del librecambio y de una Argentina productora de alimentos para el mundo, destaca los hechos que configuraron el país victorioso con su perfil liberal-conservador sometido a los mandamientos de las potencias hegemónicas, sumiendo en el oscurantismo y la maldición al país “incivilizado” y “bárbaro” que se oponía a su humillación. La descripción de esos hechos siempre tuvo como objetivo armar un marco sobre el cual construir la Argentina de la generación de los “ilustres” maestros del librecambio.
Es por ello que festejamos al 2 de septiembre como el Día de la Industria desde 1941. Esta fecha fue elegida por ser el día en el que se constituyó el primer cargamento de exportación de productos manufacturados. Una serie de tejidos y harina que, desde Santiago del Estero, zarpó desde el Riachuelo hacia el Brasil, fletados por el entonces obispo fray Francisco de Vitoria.
Es decir, se festeja como una fecha nacional, un evento producido durante la época del Virreinato del Perú, cuando comenzaba en nuestras tierras la colonización y el despojo español. Pero más allá de eso, resulta ser que el embarque contenía no sólo las mercaderías de exportación, sino también llevaba ocultos varios kilos de barras de plata del Potosí, cuya comercialización estaba prohibida. Al parecer, el obispo obtenía cierto rédito adicional al mero hecho de comercializar productos manufacturados. La implantación de esta fecha, ni siquiera configura una representación de las políticas españolas sobre el papel de las Colonias respecto a la Metrópoli. Ya que ésta tenía bien en claro que las Colonias deberían ser productores de alimentos y materias primas, prohibiéndosele cualquier transformación o fabricación que pudiera competir con los productos manufacturados de la propia Metrópoli.
Es mucho más tarde que aparecen las ideas industrialistas como parte de un plan de desarrollo autónomo e independiente. Con la comprensión cabal de que un país con enormes cantidades de recursos naturales debe estar comprometido con la transformación de sus productos si no desea depender del mundo que lo rodea. Ya en los albores de nuestra Patria, comienzan a delinearse estas ideas en los grupos más revolucionarios, encabezados por Mariano Moreno, Bernardo Monteagudo, Juan José Castelli y Manuel Belgrano. Éste último desarrolla una serie de ideas innovadoras para su época y proponía subvencionar las artesanías e industrias locales mediante “un fondo con destino al labrador ya al tiempo de las siembras como al de la recolección de los frutos” porque “la importación de mercancías que impiden el consumo de las del país o que perjudican al progreso de sus manufacturas, lleva tras sí necesariamente la ruina de la nación”. Es decir que propugnaba un proteccionismo que permita desarrollar productos manufacturados en el país, defendiéndolo de la importación extranjera. Remarca que “todas las naciones cultas se esmeran en que sus materias primas no salgan de sus estados a manufacturarse, y todo su empeño en conseguir, no sólo darles nueva forma, sino aun atraer las del extranjero para ejecutar lo mismo. Y después venderlas”.
Sin embargo, la miopía y los intereses personales de la oligarquía porteña no permitirán que esta línea prospere. Mariano Moreno muere en alta mar, envenenado. Belgrano es apartado y cuestionado por su campaña al Paraguay. Luego muere pobre y abandonado. Monteagudo muere asesinado en el Perú. Mientras tanto, el poder de Buenos Aires se agranda. Bernardino Rivadavia será el símbolo de la otra “ruta”. Del otro camino. El de la entrega, la sumisión, el librecambio liberal.
La revisión de las fechas y los nombres instalados en nuestra Historia, merced a la implantación de un relato que explica el desarrollo de un país basado en los principios liberales del librecambio y de las élites dominantes, es fundamental para poder entender de dónde venimos para saber hacia dónde vamos.

Martín Scalabrini Ortiz

domingo, 28 de noviembre de 2010

Fútbol Interno del Club Atlético River Plate: 50 años de Formosa


Este año se cumplen medio siglo de la existencia de uno de los primeros equipos de Fútbol Interno del Club Atlético River Plate. Formosa nació a partir de la amistad cuando varios socios que, como nosotros, aman el fútbol, se juntaron para materializar en un equipo de fútbol los valores de la lealtad, de la generosidad y de la pasión por el deporte. En aquellos años de dictaduras, partido mayoritario proscripto y de presiones militares, Pedro Pagano y sus amigos dieron el primer paso de lo que sería uno de los equipos actuales más longevos.
Formosa fue cobijo de lo más heterogéneo que un equipo de fútbol puede albergar. Han pasado, como jugadores y como hinchas, porque Formosa tiene hinchas, y muchos, las más diversas personalidades, profesiones, en fin, caracterizaciones. Podríamos mencionar desde contadores hasta cantantes, desde licenciados de distinto tipo hasta cobradores de deudas. Altos, bajos, morrudos, flacos, pelilargos, pelados, aparatos (¿porqué no?), buscavidas, fanáticos, amargos, dirigentes, adulones, solteros, casados, parientes, perfil alto, perfil bajo, fanfarrones, humildes, pesos pesado, livianitos, gritones, mudos. No parece haber un típico formoseño. Quien eso diga, estará faltando a la verdad.
En todos estos años hubo diversas alegrías. Sobre todo los asados, porque en el plano estrictamente deportivo, no se podría decir que Formosa pasará a la historia. Definitivamente, profundas tristezas. Como cuando se nos fue muy prematuramente Fede, a quien se le cruzó alguien que le apagó la vida que estaba comenzando a vivir plenamente. Y que forma parte de esas ridículas e incomprensibles decisiones del destino que nunca aceptaremos. Siempre formará parte de Formosa.
Formosa es actualmente, y desde hace muchos años, parte importante de Siempre River. La misma motivación que llevó a sus jugadores a dejar el alma por su compañero, es aplicada para hacer lo mejor para nuestro Club. Sin intereses espúreos, ni ocultos. De frente como cada pelota que peleamos en el mediocampo. Sus integrantes se incluyen en forma numerosa entre los adictos al juego colectivo más popular del planeta.
Mucho se habla de la “mística” formoseña. Algunos dirán que sólo se trata de un picapiedrismo elevado a la décima potencia. Que algunos de nuestros jugadores parecieran disfrutar con la destrucción de la belleza de este juego. Podrán decir que sólo nuestros jugadores pueden festejar cuando colgamos una pelota en la Lugones. Nosotros decimos que somos molestos. Jugar contra Formosa molesta. Molesta porque nuestros jugadores sacan una energía y una fuerza interior, en ciertos momentos, que no pueden conseguir los otros equipos. Nuestra fortaleza no es ciertamente la ductilidad, ni el buen juego. Nuestra fortaleza son nuestros compañeros. Porque lo que damos lo damos por ellos. Y por nuestro orgullo. Orgullo de ser formoseños.
Desde este espacio homenajeamos a Formosa, porque Formosa siempre será un homenaje a la amistad.

Martín Scalabrini Ortiz
20 años de formoseño

lunes, 1 de noviembre de 2010

El legado de Néstor Kirchner

Es imposible, en el ámbito político como pretende ser este, no referirse a la desaparición física de Néstor Kirchner. Desde este espacio se han marcado los aciertos y los desvíos que, desde el punto de vista de quien suscribe y que cree evaluar con su opinión tomando como base de referencia el pensamiento nacional y popular, ha tenido el kirchnerismo en sus dos expresiones fundamentales, las presidencias del 2003-2007 y la actual. Esta expresión de ideas y/o conceptos fue favorecida por el marco político que desde el 2003 se ha vivido en nuestro país.


Foto propia
El primer y mayor reconocimiento al legado de Néstor Kirchner es que subió la varilla de la discusión política. Sobre una base de medidas populares, fue un dique de contención frente a las políticas neoliberales de la década del 90 cuando el país salía de un período en el que casi se derrumba y la organización social tal como la conocemos estuvo a punto desaparecer. La explosión y el descrédito social se hicieron presentes durante esa época, a punto tal de que la consigna más popular era el “que se vayan todos”.
La discusión, entonces, tuvo un piso: política de derechos humanos, reconocida fuertemente por los organismos de DDHH, comenzando con un acto simbólico que quedará en la historia. La orden de hacer bajar y retirar los cuadros de los genocidas Videla y Viola. Este acto no fue sólo simbólico, sino que fue también el comienzo de una política de Estado que permitió la anulación de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final. Otra gran medida de su gestión fue la renovación y la desactivación de la mayoría menemista en la Corte Suprema de Justicia, logrando una independencia y una calidad institucional que ese cuerpo hacía rato no tenía.
En el aspecto económico, inició un proceso de crecimiento inédito en la historia de nuestro país, apostando a un “dólar alto” sostenido por el superávit comercial producto de la exportación de materias primas y manufacturas de bajo valor agregado, que permitió la disminución de los índices de desocupación, con un poco de ayuda de los planes sociales. Sin embargo, desde este espacio hemos alertado sobre la composición de la matriz productiva-industrial y el dominio de recursos naturales estratégicos que marca una continuación de políticas anteriores, perdiendo la oportunidad de desarrollar un nuevo modelo sobre la base de crecimiento industrial genuino y de alto valor agregado. También hemos reconocido su aporte para la importancia de la Ciencia y la Tecnología en nuestro país. Los presupuestos en esta área se han quintuplicado, iniciando un proceso de crecimiento del personal científico en donde la base joven ha crecido sustancialmente. En contraste con la segunda década infame, cuando el ministro de Economía mandaba a lavar los platos a los científicos y congelaba las vacantes generando una brecha generacional que no se logrará recuperar jamás. Estamos lejos de los niveles de inversión de países más desarrollados, pero sin dudas la dirección tomada es la correcta, como demuestran los avances obtenidos en materia nuclear.
La renegociación de la deuda en un 70% también fue positiva. Sin embargo, quedó a medio camino al no realizar una auditoría integral del origen de la misma, como lo hizo Ecuador hace unos años. También hay que destacar su negativa al ingreso al ALCA como uno de los hitos más importantes.
Su legado político posterior a su presidencia, permitió la adopción de medidas que fueron celebradas en este espacio. La eliminación del gigantesco negociado de las AFJP recuperando para el Estado el financiamiento de las jubilaciones y asegurando un ingreso mínimo indispensable para nuestros abuelos, sin depender de las inclemencias del “mercado”. Hay temas para mejorar en este aspecto, ya que continúa la lógica de la inversión en valores financieros, con la diferencia de que no se cobran comisiones y los fondos son administrados por el Estado. Otra medida celebrada aquí fue la estatización del fútbol, quitando ese negocio infernal de manos del grupo oligopólico Clarín, que utilizó durante años esos inmensos ingresos robados a los clubes para agigantar su presencia en los medios de todo el país.
También la aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual fue un avance un pos de producción de información más democrática y plural. La concentración de medios en pocas manos es contraproducente para los niveles de discusión y debate que necesita nuestro país. La consideración de que la información no es potestad exclusiva de las empresas privadas es un concepto acertado.
Por último quisiera destacar también otra medida que me afecta personal y familiarmente, como la declaración como “Homenaje a Raúl Scalabrini Ortiz a los 50 años de su fallecimiento” al año 2009. Una medida impensable con cualquiera de los representantes de la oposición gorila.
Esta es la base sobre la cual deben plantearse los debates y discusiones futuras. Este es el piso sobre el cual deberá pensarse el país. Y no sobre la base de un odio generado por la afectación de intereses y privilegios, tal como demuestran amplios sectores de la oposición. Porque sería un retroceso imperdonable.


Martín Scalabrini Ortiz

miércoles, 27 de octubre de 2010

Se apagó la vida de un político con todas las letras

Desde este humilde espacio queremos expresar nuestro pesar por el fallecimiento del ex-presidente Néstor Kirchner. La crisis del 2001 generó el entorno para que la política sea considerada prioritaria respecto de la economía. Pero fue durante su presidencia que este concepto adquirió valores que permitieron la discusión, el debate y la adopción de medidas que sin el marco adecuado no hubiera sido posible conseguir. Entre ellas, la política de Derechos Humanos, la desactivación de la mayoría automática menemista en la Corte Suprema y la adopción de medidas que fueron en dirección a la recuperación de la soberanía popular. Su compromiso político está fuera de discusión.

Martín Scalabrini Ortiz

viernes, 22 de octubre de 2010

Repudio a la muerte del militante Mariano Ferreyra

Desde este espacio queremos expresar nuestro dolor y repudio a la muerte del militante político y social Mariano Ferreyra, quien fue atacado por una patota sindical en el barrio de Barracas mientras se expresaba sobre los despidos de los compañeros ferroviarios tercerizados. Una vez más, la burocracia sindical se hace presente para dirimir las diferencias mediante la violencia y la intolerancia. El avance de la democratización sindical afecta a estos grupos enquistados en el movimiento obrero que en forma perenne se mantienen con apoyo político y, muchas veces, policial.


Martín Scalabrini Ortiz

jueves, 30 de septiembre de 2010

Intento de golpe de Estado en Ecuador

Desde este humilde espacio queremos repudiar el intento de Golpe de Estado que se está produciendo en Ecuador. Sin vueltas, ni eufemismos del tipo "revuelta", "rebelión", ni nada por el estilo. Apoyamos al presidente Correa y a la democracia ecuatoriana. Es promisorio que los presidentes de UNASUR reaccionen rápido frente a esta reacción de la oligaquía vernácula.

Martín Scalabrini Ortiz

miércoles, 29 de septiembre de 2010

La Energía Nuclear: tecnología al servicio de la Nación


La energía nuclear en la Argentina tiene un desarrollo de avanzada en nuestro país. Esto no fue producto de la casualidad, ni de la iniciativa individual, fue producto de políticas de Estado generadas a lo largo de los años. El punto inicial del desarrollo nuclear fue el conocido equívoco del Proyecto Huemul presentado por el físico alemán Ronald Richter al entonces presidente Juan D. Perón. El proyecto proponía el desarrollo de la fusión nuclear controlada, una tecnología que actualmente no ha sido dominada, que hubiera permitido la obtención de interminables cantidades de energía. El proyecto fue un fiasco, pero incentivó la decisión de crear la Comisión Nacional de Energía Atómica el 31 de mayo de 1950, mediante el Decreto Nro 10.936, en el marco de un proceso de industrialización nacional y desarrollo autónomo que duraría hasta el año 1955. Desde entonces la CNEA ha sido centro del desarrollo nuclear argentino en lo que respecta a su estudio y aplicación.
A poco tiempo de su creación, comenzó a explorar y explotar los yacimientos de uranio descubiertos aprovechando un recurso natural propio sin depender de su provisión en el extranjero. El 1 de agosto de 1955 se crea el Instituto Balseiro en Bariloche y la carrera de Licenciatura en Física. El Instituto es referente indiscutido en la formación de profesionales relacionados con la industria nuclear. Con el envión de la decisión tomada durante el período 45-55, se fueron generando espacios de investigación, desarrollo y estudio, como el Centro Atómico Constituyentes (CAC) con su Reactor de Investigación RA-1 y el laboratorio de radioisótopos en el Hospital de Clínicas. Más tarde, en la década del 60 se produce la creación de la Sociedad de Medicina y Biología Nuclear, remarcando el uso pacífico al servicio de la sociedad de la energía atómica. También entra en funcionamiento el Reactor de Investigacion RA-2 en el CAC. En 1967 se inaugura el Centro Atómico Ezeiza (CAE) y su Reactor de Investigación RA-3. En 1971 se produce otro hito: la inauguración de la planta de producción de radioisótopos en el CAE para uso medicinal e industrial. En 1974 se inaugura el primer Reactor Nuclear para producción de energía eléctrica Atucha I. Se interconecta a la red nacional con la posibilidad de generar 313 Mwe (la recientemente inaugurada represa de Caracoles en San Juan, con un área inundada de 1.200 ha y un volumen máximo de 550 millones de metros cúbicos, puede producir 125 MW). Durante la Dictadura Militar, en el marco de una persecución sangrienta, desapariciones y torturas para implantar el modelo rentístico-financiero que aún sigue vigente, el desarrollo nuclear no se detuvo, fogoneado principalmente por sectores nacionalistas de las Fuerzas Armadas. Es así que a fines de 1976 se crea la empresa INVAP (Investigaciones Aplicadas) en Bariloche sobre una idea que comienza en 1974 liderada por el Dr. en física Conrado Varotto. Esta empresa estatal comienza a desarrollando una planta piloto de producción de esponja de circonio con la cual fabricar las vainas de los elementos combustibles de los reactores de potencia, complementando de esta manera, con producción nacional, la producción de energía eléctrica de la central nuclear. Durante este período continúa el desarrollo de diversas actividades nucleares. En 1979 se inicia la construcción del TANDAR (Acelerador de partículas) en el CAC. También se firma el convenio para la construcción de una nueva central nuclear: Atucha II. En 1984 finalmente se pone en marcha el segundo reactor nuclear en Córdoba, Embalse con tecnología canadiense tipo CANDU, con una capacidad de generación eléctrica de 600 MWe. Durante el período alfonsinista no se producen grandes avances en el desarrollo nuclear argentino. La construcción de la Central Nuclear Atucha II se pospone en forma indefinida. Las políticas radicales sólo se dirigen a mantener una estructura de funcionamiento sin voluntad política de crecimiento e impulso. Se firman convenios y compromisos de uso de la energía nuclear con fines pacíficos, como por ej. con Brasil, pero quitando apoyo al desarrollo del enriquecimiento de uranio.
Durante la década infame menemista la CNEA estuvo a punto de desaparecer. Se la dividió en dos: la CNEA propiamente dicha que quedó con la estructura de investigación y desarrollo y Nucleoeléctrica Argentina S.A. (NASA) a los efectos de permitir la privatización de ésta última. Los intentos privatizadores felizmente fracasaron, no sin resistencia de los trabajadores de la CNEA, ante el silencio de la prensa cómplice de aquella época. Durante años no ingresaron nuevas camadas de jóvenes investigadores quedando una brecha generacional inmensa, produciendo un agujero enorme en la formación de profesionales. Era la época en la que, el aún sobreviviente, Domingo Cavallo, instaba a los investigadores a “ir a lavar los platos”. Toda una definición de una época de saqueo, corrupción y ostentación pública de los bienes malhabidos.
En los últimos años, la CNEA ha recibido un apoyo presupuestario muy interesante. Se ha vuelto a abrir el ingreso de becarios, como así también se reparten subsidios para los trabajos de investigación como nunca antes. Además, se está dando impulso a la construcción de la central nuclear Atucha II y a la constucción del primer reactor nuclear desarrollado íntegramente en Argentina CAREM, de baja potencia (25 Mwe).
Estas iniciativas son auspiciosas, pero deben enmarcarse dentro de un proyecto estratégico de desarrollo nacional, ya que de otra manera podrían ser utilizados en beneficio de intereses que no son los nacionales.
El desarrollo nuclear en la Argentina no sólo debe observarse como beneficio en el crecimiento energético nacional, con eventual reemplazo de los hidrocarburos por tratarse de recursos no renovables, sino como cuna de conocimiento y generación de profesionales con alto grado de formación tecnológica. Hace 20 años nacía el “Laboratorio Cero”, un curso-taller gratuito que se lleva a cabo en el piso superior del TANDAR dirigido a estudiantes del último año del colegio secundario. Tuve la suerte de participar de esos encuentros cuando recién comenzaban. Esas clases, en ese entrañable lugar, con aquel apasionado instructor, esas frías mañanas sabatinas, despertaron en mí, a esa edad, el amor por la ciencia, la tecnología y la ingeniería. Otra historia, quizás, hubiera sido si no fuera por aquel “Laboratorio Cero”.

Martín Scalabrini Ortiz

lunes, 16 de agosto de 2010

La fachada “seria” de las corporaciones del petróleo en Argentina

Según la acepción de la Real Academia Española, los significados de la palabra “Instituto” son varios: 1) Centro estatal de enseñanza secundaria; 2) Institución científica, cultural, etc.; 3) Organismo oficial que se ocupa de un servicio concreto; 4) Establecimiento público en el que se presta un servicio o cuidado específico; 5) Cierto cuerpo militar o congregación religiosa y dos más en desuso. Todos estos significados más el uso común indican que se trata de un ente de prestigio, seriedad, cuasi-académico. Sin embargo, las grandes corporaciones utilizan la licencia de la acepción número 4 para crear no sólo organizaciones que generan servicios, sino que, aprovechando la semántica positiva de la palabra “Instituto”, se dedican a tareas de lobby y de presión.

Hay innumerables ejemplos, no sólo en tierras locales, sino internacionales. Uno de ellos es el IAPG, el Instituto Argentino del Petróleo y el Gas. Esta “institución”, que ofrece cursos técnicos y no tan técnicos relacionados con gestión y economía y participa en la organización de congresos, está conformada por compañías privadas relacionadas con la extracción de petróleo y gas. Aunque fue creada en 1957, en 1996 cambia su denominación por la actual “como consecuencia de una integración de esfuerzos e ideas con los nuevos actores involucrados en el sector”, como informa su página web. Es decir, acomodando sus intenciones de acuerdo al nuevo marco privatizador y desregulatorio impuesto en la década del 90. El cuerpo directivo está conformado por representantes de las empresas, encabezadas por Repsol-YPF, que aparece como YPF S.A. en un intento de lavaje de fachada que ya lleva unos años. Su presidente honorario Ernesto López Anadón, fue un hombre de Repsol-YPF y ahora se dedica a transmitir las bondades del comercio libre y la desregulación en el mercado del gas y el petróleo en conferencias, charlas y congresos, con buena llegada al poder político, como lo demuestra la foto que figura en la página web de la 24ta. Conferencia Mundial de Gas que se realizó en Buenos Aires con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner.

En el pasado mes de mayo se llevaron a cabo las 5tas Jornadas de Actualización Petroquímica, un lugar de encuentro y expresión de las empresas de la industria petroquímica sobre políticas y mercados del sector. Entre sus invitados como expositores estuvieron representantes de la industria, como Héctor Méndez de la UIA, consultoras privadas extranjeras del sector energético y petroquímico, ejecutivos de empresas e, incluso, representantes del sector político liberal-conservador como Juan José Llach, Rodolfo Terragno y Carlos Brown, el delfín duhaldista. Estos últimos dando lecciones de cómo organizar industrialmente el país y observando lo que pasaría si no se hace lo que ellos proponen. El caso de Llach es sumamente llamativo, ya que fue funcionario del gobierno de Carlos Menem como Secretario de Planificación Económica, y Fernando De la Rúa, siendo su Ministro de Educación, y sigue realizando conferencias y charlas de análisis económico-político incluyendo sus propios pronósticos futuristas.

Pero es en la exposición de López Anadón, también presente, que es interesante detenerse. Su presentación tuvo como objetivo demostrar con gráficos y datos que la desregulación del mercado del petróleo y el gas implantado durante la década menemista, fue beneficioso en términos de reservas, ante la mirada intrascendente de los presentes. Me pregunto si esa afirmación habrá generado la misma sorpresa que me atrapó a mí, en alguno de los concurrentes.

Sus argumentos son un ejemplo de cómo se pueden manipular los datos estadísticos para llegar a una determinada conclusión, de acuerdo a lo que se quiera demostrar. En sus páginas 3, 4 y 5, muestra un gráfico realizando una comparación entre la variación de reservas y producción en el período 1973-1990 y 1990-2008, llamando al primero “período de regulación estatal” y al segundo “período de desregulación”. Su punto de comparación es justamente el año en el que se subestimaron las reservas hidrocarburíferas a partir de un trabajo de una consultora privada (Gaffney, Clines & Asociados) que recalculó el nivel de reservas de YPF, como paso previo a su privatización, permitiendo un precio de venta de sus activos mucho menor al real. En 1989 las reservas eran de 344 millones de m3, un 37,6% superior al punto inicial de López Anadón. Este valor de reservas es recuperado en dos años alcanzando en 1992 320 millones de m3, demostrando que las reservas ya existían en la YPF estatal y que no habían sido contabilizadas. López Anadón utiliza un engaño estadístico menemista para demostrar su tesis.

Por otra parte, el “descubrimiento” de nuevas reservas de petróleo durante la década del 90 llega a producir un nivel de reservas de 448 millones de m3. López asegura que es producto de la inversión realizada por las empresas privadas. Sin embargo, la realidad marca otra cosa bastante diferente. Mientras que en 1989 la cantidad de pozos de exploración (aquellos pozos perforados para buscar nuevas reservas con alto riesgo minero) era de 98 pozos (un 12,1 % del total de pozos perforados) contra 533 pozos de explotación (aquellos pozos perforados en zonas delimitadas y en donde se tiene la seguridad de que existe petróleo), en el 2001 se llegan a perforar 31 pozos exploratorios (un 2,2 % del total) contra 1148 de explotación, dejando al desnudo una estrategia depredadora de un recurso estratégico como el petróleo. El pico se produce en 1995 con 165 pozos exploratorios. Pero tampoco puede explicarse por la “gran” inversión de las compañías privadas, sino simplemente por el aprovechamiento de la utilización de estudios previos realizados en su mayoría por la YPF estatal. La maduración de las diversas zonas petroleras lleva años, siendo alrededor de 10 en promedio. Es decir que el período en el que comienzan a visualizarse los frutos del desarrollo exploratorio tarda, por lo general, una década. El resultado de las políticas petroleras aplicadas no se conoce hasta después de este período de tiempo. Para simplificar se tomó el caso del petróleo, pero el caso del gas es muy parecido al petrolero e incluso, se profundiza.

Como agravante a la falta de inversión en exploración durante la “desregulada” década del 90 se producen dos cuestiones fundamentales. La primera, un aumento extraordinario de los valores exportados. El aumento en la cantidad de pozos de explotación y, en consecuencia, el valor de producción obtenido no sólo no se dirigió a desarrollar el mercado interno, sino que en su totalidad, e incluso más, fue hacia la exportación. Los valores exportados se multiplicaron por 27 en 1997, respecto de 1989. El mayor porcentaje de petróleo exportado, respecto del total producido, se genera en 1996 con un 41% del total extraído. Este impresionante aumento generó una renta petrolera extraordinaria apropiada prácticamente en forma íntegra por las empresas privadas extranjeras, sin la obligación de liquidar las divisas en un 70%. La segunda, son las ganancias extraordinarias de las empresas, principalmente Repsol, quien a partir de 1999 se hace con el control total de YPF. La exportación indiscriminada y la maximización de la ganancia de un recurso estratégico como el petróleo se combinaron para obtener una caída en el nivel de reservas medido en años (relación entre lo producido y las reservas) pasando de 14 a 8 actualmente. La estrategia empresarial pasa por demostrar que la única forma de aumentar las reservas es el precio de venta y el mantenimiento de lo que ellos denominan “seguridad jurídica” por medio de planes de incentivo y continuación del mercado desregulado y sin intervención estatal. A la vista de los resultados de los balances anuales cabe preguntarse acerca del significado de la “seguridad jurídica”.

Al la vista de lo sucedido, se demuestra que el Estado debe estar presente en la producción de hidrocarburos. La empresa estatal ENARSA no está cumpliendo con este rol. Su influencia en el sector hidrocarburífero casi nula, producto de políticas sin objetivos estratégicos, y su alianza con los mayores beneficiados durante la época del saqueo indican un camino en la dirección incorrecta. Se impone la empresa estatal de hidrocarburos que alguna vez nos llevó al autoabastecimiento y a la ruptura de los trusts extranjeros en la época del Gral. Enrique Mosconi.

Martín Scalabrini Ortiz

Fuentes:
- Diego Mansilla, “Hidrocarburos y política energética”, Ediciones del CCC, 2007.
- NPEL, “Saqueo Petrolero”, Ediciones del IPS, 2007.
- Eduardo López, “El factor hidrocarburos vuelve a ser una traba para el desarrollo de la industria y la producción nacional”, Industrializar Argentina Nro. 11.

miércoles, 30 de junio de 2010

El Mundial y las identidades

Durante este último mes de junio y parte del de julio, el mundo gira prácticamente alrededor de una pelota de fútbol. El deporte más hermoso y popular tiene el torneo internacional más importante en tierras sudafricanas. Durante ese tiempo, no solamente se juegan encuentros deportivos, sino también se muestran al mundo parte de las características e identidades de las más disímiles naciones del planeta. Tanto en las tribunas, como en el mismo campo de juego. En las tribunas con su colorido y su demostración de aliento incondicional por parte de los hinchas de todos los países, a pesar de que sea difícil distinguirlos en medio del sonido de las vuvuzelas. Las imágenes televisivas muestran en primer plano la variedad de los distintos grupos de hinchas que utilizan sus más tradicionales costumbres futboleras para alentar a sus equipos, entre cantos, banderas, vestimentas, e incluso disfraces. Allí hay parte de la identidad de una nación presente. No toda, pero al menos una parte. Otra parte se puede ver, también, en el verde césped y en los once jugadores que tienen la suerte de jugar el más grande evento deportivo del planeta. Sus apariencias, sus apellidos, sus actitudes durante el juego, son una expresión más de la nacionalidad.

Sin embargo, podría haber otra cuestión adicional que permita deducir algo más de la identidad de un país: su juego. Existe una frase que aparentemente fue acuñada por César Luis Menotti y que dice mucho más de lo que su extensión podría suponer: “Se juega como se vive”. ¿Se juega como se vive, realmente? Lo primero que vendría a la mente es: depende. Depende es una palabra que queda bien en cualquier contexto, pero exige explicaciones. Alguna descripción que debe ser muy bien argumentada para que pueda tener algún sentido. Para ello hay que recurrir a algunos ejemplos.

El primer caso que viene a la mente es Brasil. La alegría brasileña es una característica bien conocida por todo el mundo y su máxima expresión es el Carnaval, un evento que atrae la atención y el turismo planetario. ¿Puede decirse que sus jugadores son alegres, lo mismo que su estilo de juego? Un verdadero ejemplo de ello podría ser Ronaldinho. Su juego transmite alegría acompañado siempre con una sonrisa. Pero no una sonrisa sobradora sabiéndose superior al rival, sino una sonrisa de disfrute. De disfrute de lo que está haciendo. Del juego. De lo que puede hacer la pelota en sus pies. Figura idolatrada en algún momento en Brasil.

Los equipos europeos también tienen sus características. La primera que se nos ocurre es el orden. Sus sociedades mismas aparentan ser ordenadas. Ese orden que tanto deslumbra a nuestra clase dominante. Es ese mismo orden el que hace que los partidos carezcan de sorpresa y de creatividad. Podemos saber de antemano cómo van a jugar tal o cual equipo. Eso no significa que no sea eficaz. Los equipos europeos han ganado muchos campeonatos del mundo. Y los han ganado a la europea.

El caso africano es diferente. De lo poco que sabemos del continente africano es su desfachatez. Esa desfachatez los ubicó en cuartos de final en los mundiales de 1990 con Camerún y del 2002 con Senegal y en octavos de final en los mundiales de 1994 con Nigeria, que quedó tristemente afuera el alargue y con un gol de penal frente a Italia, en 1998 con Nigeria otra vez y en el 2006 con Ghana. Una vez más quedó Ghana, esta vez, como mínimo en cuartos, lo que no ocurría desde hace tiempo con un equipo africano. Sin embargo, el rendimiento de estos equipos no fue el que se esperaba, teniendo en cuenta que por primera vez se juega un Mundial en el continente africano. De los seis equipos africanos, sólo uno contaba con un técnico de su país, el resto fueron un brasileño, un serbio, un francés y dos suecos. Todos estos técnicos, ¿habrán podido desentrañar los misterios de las identidades de cada uno de los países? ¿Habrán querido hacerlos jugar con un modelo europeo o habrán querido aprovechar las características africanas? Parece difícil aceptar que un sueco pueda comprender los intrincados vericuetos de la personalidad africana del fútbol, sino más bien que deben haber querido hacerlos jugar más bien a la europea.
Del juego sudamericano y, más específicamente argentino, conocemos aproximadamente de qué se trata. Habilidad, creatividad, sorpresa y, muchas veces, garra y corazón podrían ser las principales características. ¿Nuestras sociedades son así? ¿Nuestras personalidades son así? Dado que todo se mide en términos relativos y, por lo tanto, en comparación con otros continentes, podría ser así. Nuestra clase iluminada los señala como defectos, en contraposición a la planificación, al orden, a la organización. Un poco de esto no viene mal, pero, ¿seríamos nosotros si nuestro único camino fuera éste último? ¿O sería un intento de parecernos a quienes no somos? Hemos conseguido muchos resultados cuando nuestra identidad se ve reflejada en nuestro trabajo y en nuestros proyectos. Simplemente, hay que darse cuenta de quiénes somos para saber hacia dónde vamos.

Martín Scalabrini Ortiz

lunes, 31 de mayo de 2010

Bicentenario de la Revolución de Mayo

Este año se cumplen 200 años del suceso que dio comienzo a un proceso de autonomía que desembocaría seis años después con la independencia nacional y que demostraría que los americanos podían hacerse dueños de sus destinos. En estos últimos doscientos años nuestro país ha experimentado vaivenes, donde la Argentina siguió, por momentos, con errores y aciertos, el camino de la independencia, la autonomía y la emancipación, pero por otro lado, también siguió el camino de la dependencia, la entrega y la dominación. Estos caminos comenzaron a delinearse durante la misma Revolución de Mayo, cuando los revolucionarios tenían la opción de erigirse en próceres de nuestra independencia nacional o ser meros entregadores al comercio librecambista inglés. Raúl Scalabrini Ortiz, en la década de 1930, analiza lo que en su momento llamó “Las dos rutas de Mayo”, dando marco al proceso de conformación del primer gobierno patrio. Esta bifurcación estuvo personificada por dos protagonistas de aquellas épocas, Mariano Moreno y Bernardino Rivadavia. Uno, el nacionalismo revolucionario, proteccionista, americano y popular y el otro, el liberalismo antinacional, europeizante, localista y minoritario.
Los intentos de anexión política de Inglaterra, si bien fueron considerados desde mucho antes de la época de la Revolución, comenzaron a darse en 1806 y 1807, pero se encontraron con el denuedo criollo. Durante los juicios que se entablan contra Whitelocke, comandante de la segunda Invasión inglesa, el castigo no provenía del deshonor sufrido con la derrota por las armas ingleses, sino, en primer término de la pérdida de tan importantes mercados para colocar las manufacturas inglesas y proveerse de materia prima. La revolución industrial y el proteccionismo inglés habían provocado una oferta de productos manufacturados que debían ser ubicados en nuevos mercados. En contraprestación, los países receptores proveerían de materias primas, ante la falta de ellas, que no es otra cosa que la función de una colonia. La Revolución de Mayo abre a los ingleses la posibilidad de adueñarse de esos mercados vírgenes y convertir a los nuevos países en colonias económicas.

Bien conoce Mariano Moreno estas intenciones, disfrazadas en declaraciones a favor de la independencia de los países americanos, como lo hacía don George Canning, quien luego sería honrado por las clases dominantes con una estatua y una calle en la Ciudad de Buenos Aires. Los dos honores ya no existen, lo que demuestra que los pueblos aprenden de su historia. Es por ello que Mariano Moreno desconfía del capital extranjero, ese objeto elevado a deidad, en pos del progreso, durante muchos períodos de nuestra historia. Decía: “El extranjero no viene a nuestro país a trabajar en nuestro bien, sino a sacar cuantas ventajas pueda proporcionarse. Recibámoslo en buena hora, aprendamos las mejoras de su civilización, aceptemos las obras de su industria y franqueémosle los frutos que la naturaleza nos reparte a manos llenas; pero miremos sus consejos con la mayor reserva y no incurramos en el error de aquellos pueblos inocentes que se dejaron envolver en cadenas, en medio del embelesamiento que les habían producido los chiches y coloridos abalorios”.

En su Plan de Operaciones desarrolla lo que debió ser el plan de gobierno seguido por los patriotas. Los amigos debían ser tratados benévola y tolerantemente, mientras que los enemigos sin contemplación. Tenía claro que en una Revolución no cabían las medias tintas. Consideraba que no era posible hacerla con medios exclusivamente persuasivos. El primer deber de una revolución es sostenerse a sí misma. Asimismo, desarrolla los lineamientos para una sociedad igualitaria y equitativa. Considera pernicioso la acumulación de la riqueza en pocas manos y que sirven de ruina a la sociedad civil. Propone, entonces, expropiar a “cinco mil o seis mil individuos para beneficiar a ochenta o cien mil habitantes”. La acumulación de riqueza por parte del Estado podría desarrollar “las artes, la agricultura, la navegación, etc. producirá en pocos años un continente laborioso, instruido y virtuoso, sin necesidad de buscar exteriormente nada de lo que necesite para la conservación de sus habitantes, no hablando de aquellas manufacturas que, siendo como un vicio corrompido, son de un lujo excesivo e inútil, que deben evitarse principalmente porque son extranjeras”. Toda una definición ideológica y plan de gobierno.

Sin embargo, la historia nos cuenta que este camino se clausura. Que una de las dos rutas de Mayo queda ocluida con la caída de Moreno y su grupo en diciembre de 1810. El fuego de Moreno se apaga definitivamente en el barco que lo trasladaba a Inglaterra, en una misión creada para alejarlo del escenario público. La posibilidad de una autonomía americana terminó con él. La anarquía por él predicha consumió las energías vivas de la república. La intriga se enseñoreó del país. El egoísmo personal primó sobre los intereses generales. El comercio inglés había abatido ese inesperado obstáculo y tenía ya las puertas francas: él iba a marcar la otra ruta de la revolución de Mayo. La ruta por la que se frustraban todas las esperanzas que los pueblos habían puesto en la revolución. Mayo no iba a ser una liberación, iba a ser el comienzo de una sumisión. Las invasiones inglesas, dice V.F.López, y la revolución social de 1810 abrieron para nosotros la época en que comenzó esa revolución del trabajo personal y de la pobreza verdadera, separada de la riqueza de la vida social.

Martín Scalabrini Ortiz