Una mirada desde el Pensamiento Nacional a los problemas nacionales.

"Verás que todo es mentira,verás que nada es amor,que al mundo nada le importa...¡Yira!... ¡Yira!...Aunque te quiebre la vida,aunque te muerda un dolor,no esperes nunca una ayuda,ni una mano, ni un favor" (Enrique Santos Discépolo)

lunes, 26 de mayo de 2014

El pensamiento de Mariano Moreno en la Revolución de Mayo

En estos días se cumple otro aniversario de la Revolución de Mayo. Nuestra historia indica que en estos últimos dos siglos han habido vaivenes, donde la Argentina siguió, por momentos, con errores y aciertos, el camino de la independencia, de la autonomía y de la emancipación, pero por otro lado, también siguió el camino de la dependencia, de la entrega y la dominación.

El siguiente archivo es un artículo publicado en la revista Industrializar Argentina en el año 2010.

https://drive.google.com/file/d/0B4-c5EvuvZu3amlpZkplTk9QRnc/edit?usp=sharing


Martín Scalabrini Ortiz


viernes, 23 de mayo de 2014

La salida de Repsol del país

Hace unos días atrás, se anunció la venta de la mayor parte del paquete accionario que Repsol poseía en YPF al banco Morgan Stanley por 1255 millones de dólares. El porcentaje de la venta fue del 11,9%, con lo cual se pagaron U$S 26,9 por acción. Un valor similar al pagado por el Gobierno por el 51% de las acciones, tomando la emisión de bonos de U$S 5.400 millones, pero a ser pagaderos entre 2015 y 2033 a una tasa de interés de entre el 7% y 8%. El banco comprador a su vez colocó esas acciones en el mercado a diversos fondos de inversión. De esta manera, prácticamente desaparece del escenario un polémico actor en la historia del petróleo argentino. Sólo mantendrá un 0,5% de acciones remanentes.
Repsol había desembarcado en la Argentina en el año 1999, sin experiencia en producción masiva, haciéndose del control accionario de la empresa. Fue la culminación del proceso de privatización que había empezado años antes durante el gobierno de Carlos Menem. A partir de ese momento, Repsol aplicó una política depredatoria, invirtiendo poco y extrayendo mucho. Eso posibilitó altas tasas de ganancias que eran giradas al exterior e invertidas en otros lugares del mundo. YPF, luego de décadas de capitalización de la riqueza y el trabajo nacionales, se había transformado en una herramienta financiera global para Repsol. El ingreso de Eskenazi en el año 2008, como “especialista en mercados regulados”, apuntaló esta estrategia hasta la expropiación del 51% de las acciones por parte del Estado.
El papel de Repsol fue nefasto para un sector tan importante y estratégico como la producción de hidrocarburos. Sin embargo, su salida a esta altura no significará grandes modificaciones en la dirección asumida por el Estado en YPF más allá del pedido periódico de Repsol por dos lugares en el directorio de acuerdo a la cantidad de acciones que tenía. El papel de YPF está enmarcado en las decisiones que el equipo económico del Gobierno viene llevando adelante. Algunos lo denominan “ajuste”, otros lo asocian a medidas “ortodoxas”. En definitiva, un reacomodamiento de las relaciones económicas entre los distintos sectores. La petrolera aporta lo suyo. Acercamiento a los mercados internacionales mediante el acuerdo “amigable” con Repsol, acuerdos con empresas multinacionales como Chevron y Petronas, financiamiento a través de aumento de precios en el mercado interno y foco en la producción de petróleo para el mercado internacional (en lugar de apuntalar la de gas, necesaria para recuperar el autoabastecimiento).
Mientras tanto, la mayor parte del marco jurídico-legal implantado en los noventa sigue vigente, empezando por la provincialización de los recursos naturales establecida en la Constitución de 1994, la Ley Corta de Hidrocarburos y la Ley de Incentivo a la Exploración del año 2007 y la presencia actores privados y extranjeros en el resto de la producción.


Martín Scalabrini Ortiz

viernes, 9 de mayo de 2014

Modelo Noruego de Petróleo, ¿posible aplicación en la Argentina?

Durante el proceso de expropiación del 51% de YPF por parte del Estado, se hizo referencia a la posible aplicación del modelo noruego para el desarrollo de la empresa en nuestro país. En este artículo se analiza cómo funciona el llamado modelo en el país nórdico.
En realidad, el modelo noruego no es algo que nació como tal por obra y gracia de la planificación preventiva sino más bien de la aplicación sucesiva de políticas, algunas coyunturales y otras estratégicas, en la medida que se recorría el camino del desarrollo petrolero y se iba “aprendiendo” de la experiencia, incluso la anterior a la época de la aparición del petróleo en Noruega.
A finales de 1962, la “Philips Petroleum Oil Company” solicitó permisos para hacer prospección geológica. La Philips buscaba tener el derecho exclusivo de extracción de hidrocarburos en la plataforma continental. El Gobierno Noruego se tomó un tiempo para contestar, teniendo en cuenta la experiencia danesa quienes habían entregado la exclusividad a las empresas Gulf y Shell. Lo primero fue establecer la jurisdicción noruega sobre la plataforma marítima para definir las áreas sobre las cuales el país tenía soberanía. La solución provino de una acuerdo con Gran Bretaña en 1964, basado en el principio de equidistancia. Con esto se determinaba gran parte de los límites del Mar del Norte.
En ese momento, Noruega no tenía ninguna experiencia en explotación petrolera. Por lo tanto, era casi imprescindible contar con la ayuda extranjera en exploración y producción. Con lo cual, la pregunta era de qué manera se irían a aprovechar los intereses extranjeros sin perder el control sobre el desarrollo. En este punto, el país sí contaba con experiencia previa debido a que había desarrollado su industria hidroeléctrica de esta manera, por lo tanto tenía una larga tradición política en relacionarse con empresas extranjeras grandes que tenían como intención enriquecerse con los recursos naturales de países débiles. De esta manera se había definido el “derecho de reversión” que implicaba un carácter temporal y de alquiler de las concesiones, debiendo el beneficiario devolver el derecho al Estado sin compensación alguna luego de un período de tiempo. De esta forma, el Estado adquirió la experiencia suficiente para poder explotar la energía hidroeléctrica por sí mismo. Esta fue la idea que imperó durante esta primera etapa de desarrollo petrolero.
En paralelo, se propiciaba la aprobación de leyes específicas para el sector. El 31 de mayo de 1963 se determinaba que el Estado noruego era el único propietario de los recursos naturales de la plataforma marítima. La medida no causó ninguna objeción, dado que inicialmente no había propietario alguno. Con esta herramienta y el “derecho de reversión” se extendieron algunas licencias de extracción por un período de 6 años, con la obligación de ceder al Estado una cuarta parte del bloque. Los bloques entregados en la primer ronda fueron grandes, con lo cual las empresas no ponían objeciones frente a esta exigencia. Las regalías se establecieron en un 10%, habiéndose bajado desde el inicial del 12,5%. La política era de atracción de empresas extranjeras para que participaran en la mayor medida posible, dentro del marco fijado por el Estado. Esto permitiría aumentar la posibilidad de encontrar petróleo dada la inexperiencia inicial del Estado. Finalmente, la participación noruega en la primera ronda grande de concesiones fue mínima. Noruega se encontraba en una posición débil de negociación. Por lo tanto, esta política de apertura significaron condiciones no demasiado favorables desde un punto de vista nacional y estatal, en lo que se llamó “acuerdo de caballeros”.
Philips encontró petróleo en el campo que luego se denominaría Ekofisk. La empresa con participación estatal Hydro se aseguró un 6,7% de este campo. Una participación muy pequeña. El Estado sólo recaudó a través de impuestos y regalías, en lo que hubiera podido ser una apropiación mayor de la renta si las condiciones hubieran sido más favorables. Para suerte de Noruega, la mayor parte de las reservas de petróleo fueron descubiertas al norte del área anunciado en la primera ronda. Hubo oportunidad para una nueva y más agresiva política petrolera noruega. Al calor de las rebeliones juveniles de fines de los sesenta, Noruega había ido inclinándose hacia la izquierda en elecciones sucesivas. A ello, se sumó la oposición de la población al ingreso de Noruega a la CEE. Esto determinó un contexto histórico favorable a la nueva aproximación del país hacia el petróleo. A partir de ese momento, las discusiones involucrarían a toda la sociedad, en lugar de un grupo de funcionarios, dando lugar a posiciones más confrontativas.
De esta manera, nace la idea de crear una nueva empresa petrolera operativa y 100% estatal como una herramienta que daría al Estado noruego la mayor administración y el control posible sobre las actividades petroleras, dejando de lado la utilización de Hydro. La idea expresaba que el instrumento adecuado era la creación de una empresa petrolera desde el principio. El parlamento (storting) resolvió su creación el 14 de junio de 1972. La petrolera, sin embargo, no tenía el peso de otros actores, con lo que su influencia era escasa. De cualquier manera, con esa herramienta se podía desafiar a las empresas multinacionales con la cesión de concesiones a su favor en forma directa para que pudiera desarrollar sus propias habilidades y capacidades tecnológicas.
Además, se consideró estratégica la posesión de ductos para el transporte de hidrocarburos para su control y operación, de manera de evitar la apropiación de la renta por parte de las empresas privadas por este medio. La pelea se dio con Philips que procuraba mantener bajo su control el sistema de ductos. Sin embargo, debió ceder para no perder más tiempo ya que consideraba que aún así el campo Ekofisk produciría grandes ganancias. Fue una forma de demostrar de qué manera un Estado podía plantarse para obtener una herramienta estratégica para sus objetivos.
El siguiente gran paso fue la obtención del 50% por parte de Statoil del bloque que más tarde resultó contener el yacimiento Statfjord, junto con la Esso, Shell, Conoco y Mobil. Más tarde, se demostraría que Statfjord sería uno de los yacimientos petroleros más grandes del mundo. La posición dominante de Statoil se mostraría imprescindible tanto para la propia empresa como para la historia petrolera noruega. Más tarde, se descubrirían otros yacimientos pero no uno tan grande. Estas primeras decisiones estratégicas realizadas en las fases iniciales del desarrollo de esta región petrolera fueron determinantes para el futuro.
En 1972 se creó el Directorado Noruego del Petróleo (DNP), órgano gubernamental que aconseja y asesora sobre la dirección, exploración y producción de los yacimientos. Depende del Ministerio del Petróleo y Energía al que entrega reportes relacionados a las actividades relacionadas con la E&P de hidrocarburos. Es el responsable de llevar la contabilidad oficial y la administración de los recursos petroleros y contribuye a la maximización de los valores creados por las actividades petroleras. Además, publica y aplica las regulaciones para el sector en términos de ambiente de trabajo y seguridad.
En la medida que se desarrollaban las herramientas jurídicas y regulatorias, el Estado avanzaba con las operativas, como Statoil. Entre sus objetivos generales se encontraba la de garantizar el establecimiento de una industria petrolera noruega. En esta declaración estaba subyacente la idea de soberanía, dado que era importante para Noruega construir una capacidad propia e independiente. Para ello, debía apropiarse de una proporción, lo más grande posible, de la generación de riquezas relacionada con las actividades industriales en el sector de hidrocarburos. Por otra parte, el desarrollo de una industria petrolera, en parte privada y en parte estatal, sería uno de las herramientas para garantizar “la administración nacional y el control nacional”. En la medida que fuera desarrollado “know-how” tecnológico independiente, el país quedaría indemne a las presiones de las empresas extranjeras que dominaban el negocio.
Statoil se organizó como una administración independiente con una Asamblea  General que elegía la dirección. Por otra parte, al estar limitada la cantidad de profesionales en Noruega, se los buscó en EEUU para varias unidades de negocio. Pero se aseguró de no contratar a nadie que tuviera alguna vinculación con Mobil, que en ese momento operaba el bloque entragado a Statoil. Además, el sistema educativo acompañó este proceso esforzadamente para cumplir con las necesidades de la nueva industria. La Escuela de Estudios Superiores Técnicos de Trondheim tuvo un papel preponderante en la formación de ingenieros. Statoil se encontraba como primera prioridad como salida laboral. Los institutos de investigación de las universidades de Oslo y de Bergen cambiaron sus líneas de trabajo relacionadas con la geología de acuerdo a los nuevos requerimientos.
Otro de los hitos importantes en el desarrollo petrolero fue la construcción de Statpipe aprobado por el Parlamento en 1981 y construído en 1985, siguiendo el lineamiento de mantener bajo control estatal el transporte. Este gasoducto une los campos de producción como Statfjord y otros con el continente europeo para la exportación del gas natural. Además, permitió el desarrollo de grandes proyectos industriales relacionados a los hidrocarburos a lo largo de toda la costa noruega.
La industria petrolera crecía y se vislumbraban considerables flujos de efectivo. Fue por ello que en 1985 se crean los “Intereses Financieros Directos del Estado” (SDFI), a través del cual el Estado para a participar como inversionista en Statoil. Esta reorganización tenía la idea de concebir un “banco petrolero estatal” para invertir directamente en el negocio de los hidrocarburos, en lugar de hacerlo a través de Statoil. De esta manera, se dejaba a Statoil el manejo del negocio comercial como una empresa autónoma liberándola de tareas políticas y administrativas. Además, el Gobierno dejaría de recibir las utilidades generadas por la empresa para financiar el presupuesto nacional para que ésta pueda reinvertirlas en su negocio. Así, se generaba una distancia prudente entre la administración gubernamental y la empresa petrolera.
Más adelante, en el año 2000, el parlamento resolvió privatizar parcialmente las acciones que mantenía en el SDFI, al abrirse a cotización en las bolsas de Oslo y Nueva York. Al año siguiente, se crea Petoro, una entidad gubernamental que asumía los activos  del SDFI. Además, tiene la función del control de la producción de Statoil en nombre del Gobierno. No opera campos y no es dueña de ninguna licencia, sino que dirige el SDFI.
En la medida que crecían los ingresos petroleros, crecía la preocupación de que Noruega desarrollara la “enfermedad holandesa” o “maldición de los recursos naturales”. Es decir, el efecto desplazamiento provocado por el sector de productor basado en recursos naturales sobre las manufacturas y se manifiesta como la desindustrialización de una economía. Ello se produce por el boom exportador de ese sector produciendo el aumento del valor de la moneda nacional y, por lo tanto, deteriorando la competividad del sector manufacturero frente al de otras economías. Para evitar esto en 1990 se crea el “Fondo del Petróleo” (Petroleum Fund), con el propósito principal de resguardar el uso en el largo plazo de los ingresos petroleros. Ello ayudaría a evitar la famosa “enfermedad”. Más adelante, se incorporarían el objetivo de estabilizar el gasto fiscal respecto de las fluctuaciones de corto plazo asociados a los ingresos del petróleo (financiar déficit en el presupuesto fiscal no petrolero) y financiar el déficit que generará un creciente gasto en pensiones por el aumento de personas de edad avanzada y un decreciente ingreso del petróleo.
En 2006 este Fondo fue rebautizado con el nombre de “Fondo Gubernamental del Petróleo” (Goverment Pension Fund-Global) y en la actualidad cuenta con activos por U$S 838 mil millones siendo el más grande del mundo. Los ingresos del fondo provienen de los flujos netos de la actividad petroleras y del retorno de los activos más los resultados netos de las transacciones financieras asociadas a la actividad petrolera. Los gastos son las transferencias hacia el presupuesto fiscal. Para evitar la valorización de la moneda local, los fondos son invertidos en el exterior en su mayor parte. Sus inversiones se dirigen a los mercados internacionales en bonos y acciones e incluso en bienes raíces, pero excluyendo a empresas dedicadas a actividades que afectan el medio ambiente, fomentan el armamentismo y producen bienes perjudiciales para el ser humano. Para ello publica una “lista de exclusión ética” en la que están entre otros, Barrick Gold, Rio Tinto. Philip Morris, Honeywell, Lockheed Martin, Wall-Mart, etc.
El retorno esperado del fondo se estima en 4% anual. Ese monto es lo que puede ser el déficit estructural no petrolero como regla establecida. En una situación cíclica neutral, la regla implica que el traspaso desde el Fondo al Gobierno Central equivale a la anualidad que paga el Fondo. El Fondo sólo puede financiar el déficit no petrolero.
Los ingresos fiscales provenientes de la actividad petrolera son esencialmente dos: un impuesto especial sobre la producción (50%) y un impuesto corporativo normal (28%), lo cual arroja una tasa combinada del 78% sobre las utilidades generadas en el año por cada empresa. Los ingresos totales del Estado provienen en un 30% del sector petrolero, provenientes en un 55% de impuestos directos, un 40% del SDFI, un 5% de dividendos de Statoil y el resto a otros impuestos al medio ambiente y otros.
Los ingresos de Statoil sumaron U$S 130.000 millones, equivalente al 25% del PBI noruego. Su producción fue de 2 millones de barriles equivalentes por día. Y las ganancias del 2012 fueron de 8.300 millones de euros. Es el catalizador de la investigación y desarrollo en Noruega y cuenta en la actualidad con tecnología de punta capaz de operar en aguas profundas.

En definitiva, Noruega es actualmente el séptimo exportador mundial de petróleo y el tercero de gas natural con la aplicación de un modelo cooperativo, equitativo y de reparto de riqueza, basado en la soberanía y el pleno control de sus recursos. La aplicación del modelo per-se en otras partes del mundo no debería ser directa. Cada región posee su propio contexto y sus propia dinámica. Sin embargo, no deja de ser un ejemplo de desarrollo autónomo y de aplicación de políticas soberanas en un sector estratégico como el energético.

Martín Scalabrini Ortiz