Una mirada desde el Pensamiento Nacional a los problemas nacionales.

"Verás que todo es mentira,verás que nada es amor,que al mundo nada le importa...¡Yira!... ¡Yira!...Aunque te quiebre la vida,aunque te muerda un dolor,no esperes nunca una ayuda,ni una mano, ni un favor" (Enrique Santos Discépolo)

domingo, 31 de marzo de 2013

Política partidaria

Mis publicaciones no suelen transitar la primera persona del singular, tratando de continuar con aquel concepto de "saber que soy uno cualquiera que sabe que es uno cualquiera". Sin embargo, por esta vez, dado el interés de algunos compañeros de militancia que preguntan, trataré de explicar en qué lugar estoy posicionado en el contexto político actual y de qué manera llegué hasta aquí.
Antes que nada, soy peronista, vale aclarar. De familia, digamos. Me afilié al PJ un 17 de junio de 1988. El mismo día que cumplí 18 años. Fue sólo un acercamiento burocrático. Digamos que para asentar mi identidad social.
De allí en más mis expresiones políticas no pasaron más allá del voto. No quería involucrarme en la política partidaria. Me ilusioné con Menem en el 89. La desilusión vino el mismo 9 de julio de aquel año con el nombramiento del mismísimo Miguel Ángel Roig, vicepresidente ejecutivo de Bunge & Born, al frente de la cartera de Economía. Un representante de una corporación enemiga del Pueblo pasaba a dirigir las finanzas públicas. Me acuerdo los comentarios de mi viejo. No lo podía creer. Justamente Bunge & Born tantas veces mencionada por don Raúl (una de ellas en un artículo "Bunge y Born tiene su propia manera de entender la libertad", Revista Qué Nro.136, Junio 1957. En este artículo explica porqué se liquidó al IAPI.) Ya sabíamos entonces a dónde iban a ir a parar la Junta Nacional de Granos y de Carnes, como mínimo. Lo que vino después fue mucho peor de lo que pensábamos.
La década del noventa fue un dolor profundo. Junto con muchos argentinos vimos como se destruía lo construido durante tantos años. Lo que no habían completado los militares, lo hacía el menemismo. Se vendió hasta lo que no había. La deuda externa subía a niveles extraordinarios dejando al país en la dependencia absoluta y en lugar de la revolución productiva sólo hubo destrucción industrial. La desocupación alcanzó ribetes astronómicos. En 1991 había ingresado en la CNEA (Comisión Nacinonal de Energía Atómica) siendo uno de los pocos afortunados becarios. Obtuve el título de Ingeniero Químico en marzo de 1995, cuando la desocupación comenzaba a apretar. Cambié a la actividad privada para buscar un nuevo ámbito. Como ingeniero tenía que producir.
El 2001 me agarró como a muchos. Con bronca, con preguntas, con cuestionamientos. Un año después de que mi viejo se fuera de este mundo. Hubiera querido hacerle a él muchas preguntas. En 2002 me acerqué al Centro Cultural Enrique Santos Discépolo en donde conocí a uno de mis grandes maestros: Norberto Galasso. Su obra histórica es indispensable. Su biografía de don Raúl es excelente, como excelentes eran sus charlas en aquella época. Humilde, accesible, abierto, fue la inspiración para hacer algunas otras cosas. La más importante fue la aparición de la Revista Industrializar Argentina en 2003 con Francisco Grasso como Director Honorario, ex decano de la Facultad de Ingeniería e industrialista y los amigos-compañeros Rubén Fabrizio, Luis Aronoff, Eduardo López, Rubén Milman y Elías Esquef, con quienes seguimos compartiendo esa experiencia, digamos, periodística. Ese es y seguirá siendo mi lugar de expresión.
Mientras tanto, realizamos variadas actividades. En 2007 invité a Norberto Galasso, Pino Solanas y Elido Veschi a la presentación del libro "Historia de los Ferrocarriles Argentinos" en la Facultad de Ingeniería. Allí conocí a Pino y a Élido. Poco después Pino se lanza a la candidatura a la presidencia. En 2009 volví a invitar a Pino y también a Alcira Argumedo y a Elido Veschi, a un homenaje en el Cementerio de la Recoleta un lluvioso 30 de mayo. Ya en plena campaña electoral. Participé también de un homenaje en la CGT donde estuvo Galasso, Piumato, que en aquel momento era candidato a diputado por el Frente para la Victoria. Además conocí y participé de otro Homenaje en el Cementerio un 14 de febrero de ese mismo año con la gente de Consenso Bicentenario que lidera Osvaldo Cuesta y que fueron los principales responsables de que el 2009 se declarara "Año Homenaje a Raúl Scalabrini Ortiz en el 50 aniversario de su muerte". Era una forma de reconocer a aquellos que durante muchos años rescataran la memoria de mi abuelo, a pesar expresar posiciones distintas en el contexto político de ese momento.
En el 2010 me acerqué a Proyecto Sur y pedí la afiliación. Consideraba que era el espacio adecuado para expresar posiciones discutidas muy poco hasta ese momento. Mis principales intereses eran los hidrocarburos y los ferrocarriles. Me integré a la Comisión de Industria del Instituto de Proyectos de Proyecto Sur coordinada por Lito Fernández, a quien conocí en ese momento. Ese no fue un año muy productivo. Acercamos algunos estudios que tenían que ver con el planteo de proyectos en el área de hidrocarburos, ferrocarriles y siderurgia. En realidad, los proyectos lógicamente se redactaban en otra parte, pero al menos nos sentíamos con cierta participación.
En 2011, un día antes de que se cerraran la presentación de las listas de candidatos para las elecciones nacionales y en el marco de división con el FAP, recibo una llamada por teléfono para proponer mi participación. Del otro lado estaba Daniel Marcos, a quien conocía de antes. La decisión me costó. Involucrarme en un partido político no estaba entre mis alternativas. Sin embargo, consideré que debía haber una voz que expresara ciertas posiciones y que hiciera presión para lograr medidas emancipatorias, reconociendo aciertos y destacando desvíos u errores en el derrotero del oficialismo.
Supimos de antemano que era una patriada, porque las posibilidades de pasar las PASO eran escasas. Conocí a gente valiosísima como Patricia Walsh, Diana Kordon, Cacho Bidonde (a Félix Herrero lo conocía de antes) y a una militancia invalorable que hizo mucho para que el resultado no fuera lo que fue.
Comencé a involucrarme y a conocer las internas del Partido, tratando de rescatar lo positivo. Fue difícil. De cualquier manera, nunca tuve participación en mesas de decisión, salvo una Mesa Ampliada que se formó luego de las elecciones del 2011, de la que participé de dos o tres reuniones. No sé qué quedó de ella.
En noviembre del año pasado, decidí renunciar a las dos Comisiones en las que participaba, la de Ciencia y Tecnología como coordinador y la de Industria como miembro, en solidaridad con el Movimiento Emancipador que se había considerado expulsado de la Mesa Federal, con quienes mantengo contacto fluido. Hubo cruces fuertes que lamenté, habiendo salido en algunos medios con versiones "retocadas". Mantuve un perfil bajo en ese entonces para no "echar más leña al fuego" con un Partido que lucha honestamente y con pocos recursos por altos ideales.
Mis principales diferencias no tienen que ver con lo programático, por supuesto, sino con lo táctico. Con el posicionamiento frente a la realidad cotidiana en la que hay que salir a hablarle al micrófono y a algunos sectores específicos. Sobre todo a aquellos expresados en el llamado 8N y del que ya me expresé aquí. Esa lógica llevó al acercamiento con Lilita Carrió, a quien considero destructiva dentro de la política argentina. Sus posiciones frente a la corrupción son loables, pero frente a propuestas concretas de tinte popular, aunque muchas veces insuficientes, su oposición antikirchnerista irreductible no le permitió reconocer ningún tipo de avance.
La expresión del 8N es el programa de la centro derecha. Si bien fue una manifestación medianamente heterogénea, no tengo ningún interés en representar a aquellos sectores que mayoritariamente sintieron ese día como una expresión "anti-K", en contra del Gobierno (hay mucho para discutir acá, lo sé). No soy anti-K.
Por otra parte, para intentar complementar ese espacio "anti-K" con temas medioambientales, se lanzaron campañas en contra de la Energía Nuclear y de la explotación No Convencional, que adolecen de fuertes debilidades argumentales. Es por ello que mi posición en la Comisión de Industria se veía un tanto incómoda.
Hay mucho para discutir y debatir frente a estas cuestiones. Y siempre lo haré con todos los militantes y simpatizantes bienintencionados que encontré a lo largo de esta experiencia, como los compañeros que conocí de visita en Resistencia, en Corrientes, en Paraná, en Comodoro Rivadavia, en Trenque Lauquen (Chivilcoy, Bragado), en Moreno, en Vicente López, en San Martín, en la Capital, en Lomas, en Luján y muchos más que me debo estar olvidando. Todos ellos me tienen a disposición para cualquier aporte, por pequeño que sea, que consideren que puedo realizar en pos de una Patria libre, justa y soberana.
Espero no haber aburrido a más de uno con esta "sanata" egocéntrica que aborrezco. Mis disculpas por ello.