Una mirada desde el Pensamiento Nacional a los problemas nacionales.

"Verás que todo es mentira,verás que nada es amor,que al mundo nada le importa...¡Yira!... ¡Yira!...Aunque te quiebre la vida,aunque te muerda un dolor,no esperes nunca una ayuda,ni una mano, ni un favor" (Enrique Santos Discépolo)

martes, 30 de junio de 2009

Repudio al Golpe de Estado en Honduras

Desde este lugar queremos expresar nuestro más profundo repudio al Golpe de Estado militar que se produjo en Honduras en contra del presidente constitucional Manuel Zelaya. América Latina no está dispuesta a aceptar más avasallamientos de las reacciones de nuestros países. El repudio internacional es unánime y promisorio en este sentido. Todos los bloques y los países han decretado medidas para debilitar al gobierno de facto instituido en el país hermano de Honduras. Los pueblos no serán vencidos si a la hora de la verdad hacen frente al sometimiento y la humillación.

Para adherir al repudio al golpe: http://www.todosconhonduras.cult.cu/

Martín Scalabrini Ortiz

Mosconi: Voluntad política al servicio de la Nación

El 4 de junio pasado se cumplió un nuevo aniversario del fallecimiento del Gral. Ing. Enrique Mosconi, cuyo ejemplo de voluntad política y decidido patriotismo debería iluminar a las nuevas generaciones de argentinos. Mosconi es nombrado como director de YPF el 17 de octubre de 1922 y a partir de allí comienza un período de expansión y crecimiento de la petrolera estatal que permitirá en poco tiempo desactivar el trust petrolero conformado por las empresas extranjeras que comercializaban los derivados del petróleo en nuestro país. Esta expansión y crecimiento es el ejemplo concreto de una tenaz voluntad política en pos del desarrollo nacional y de la soberanía energética.
El capital inicial de YPF fue conformado por el Estado Nacional con diversas erogaciones aprobadas del Presupuesto General desde el año 1910 hasta el 1915 cuando estaba constituida la Dirección de Explotación de Petróleo de Comodoro Rivadavia llegando a totalizar el último año una suma de 8.655.240 pesos moneda nacional. Éste fue el único aporte monetario de los argentinos en la conformación de una empresa que llegaría a ser la más grande de nuestro país con un valor estratégico único en la economía nacional. Para mediados de 1934 el capital de YPF ascendería a 380 millones de pesos, explicando su crecimiento en el aporte de su propia riqueza, el petróleo, y el trabajo argentinos. El Estado nacional no aportó un solo peso más. No solamente era una empresa que crecía económicamente sino que era el motor del desarrollo nacional al vender la nafta más barata que la que vendían las empresas extranjeras. El 1 de agosto de 1929 se produce lo que el mismo Mosconi llama como el “Ayacucho económico” declarando la independencia energética al romper los trust petroleros al ubicar el precio de la nafta en $0,18 cuando había llegado a valer $0,36. Era una empresa al servicio del país.
Este período sirve como muestra implacable de lo que sucede cuando una empresa es enajenada y entregada al extranjero. Si YPF hubiera sido extranjera, entre 1926 y 1934 se hubieran debido girar el exterior alrededor de $1.025 millones producto de dividendos y ganancias, promediando un monto anual de $131 millones, con sólo 8,6 millones de pesos de inversión inicial. El flujo de divisas hubiera sido inconmensurable ahogando nuestra economía y manteniéndola al servicio del capital extranjero. El paralelismo con la actual YPF, enajenada a precio vil es elocuente. El flujo de divisas producto de las ganancias de la empresa Repsol son millonarios, gracias a la riqueza, nuestro petróleo, y el trabajo argentinos. Pero este es tema de otro estudio.
Mosconi lleva adelante una política expansiva en competencia directa con la Standard Oil (norteamericana) y la Shell (inglesa) y promueve el aumento de la producción de petróleo y la construcción de una refinería en La Plata. Para esto último, se llamó a un concurso público el 22 de mayo de 1923. Luego de una selección entre diez propuestas, se aceptó la de la Bethlehem Stell Co, firmándose un convenio que fue aprobado el 31 de diciembre de 1923, que incluía la construcción de un “topping” o destilación primaria de donde se obtienen naftas, kerosene, gas-oil y fuel-oil a partir de crudo, un cracking de gas-oil y de kerosene pesado para la producción de naftas livianas y un cracking de fuel-oil para producir más nafta liviana. El proyecto total finalmente se aprueba el 14 de enero de 1925 y el mismo día comienzan las obras de construcción. En menos de un año se construyen todas las unidades y se inaugura la Refinería el 23 de diciembre de 1925 elaborándose los primeros litros de nafta fiscal. Finalmente la empresa contratista completó los trabajos, con todos los edificios y dependencias, el 1 de agosto de 1926. Un plazo de tiempo más que eficiente para este tipo de construcciones. Al año siguiente se llama a una licitación nuevamente para la construcción de un cracking combinado preliminar de fuel-oil y total de gas-oil para aumentar la producción de naftas. El 14 de junio de 1928 se firma el contrato con la Bethlehem Stell Co nuevamente, luego de una selección de cuatro empresas, terminándose la nueva planta el 20 de febrero de 1929.
Para tener una idea de la extraordinaria capacidad y voluntad para llevar adelante las tareas, comparando con la actual YPF privatizada, Repsol no ha aumentado la capacidad de producción de naftas desde su privatización en la década del 90. Recién ahora se está anunciando con bombos y platillos la instalación de un nuevo CCR (reformado catalítico continuo) con el fin de mejorar las naftas de bajo octanaje, con lo que ni siquiera es un aumento global de la capacidad sino un aumento en la calidad de las naftas como todo lo que ha hecho Repsol hasta ahora, con una inversión de 348 millones de dólares. Una cifra que mueve a risa luego de la adquisición a precio vil de YPF y de las millonarias ganancias de la empresa a lo largo de todos estos años. Y encima, hace más de dos años que Repsol-YPF viene dando vueltas con el inicio de este proyecto sin decidirse a llevarlo adelante, negociando ahora con la firma brasileña Odebrecht con posible financiamiento del banco de desarrollo brasileño BNDES. Esto significa que la prioridad en la venta de equipos la tiene Brasil.
La pregunta que surge es: ¿para qué se creó ENARSA? ¿Para aplaudir cuando una empresa extranjera decide realizar ridículas inversiones que venía postergando desde hace años? ¿Para anunciar la construcción de una refinería con la anglo-argentina Pan American Energy de iniciación incierta? ¿Para anunciar todos los años que se van a invertir inciertas cantidades de dinero en exploración de la plataforma marítima asociados con empresas extranjeras? Desde el 2004, año de su creación, no se han generado grandes proyectos de solución a nuestros problemas energéticos, salvo la compra de Gas Natural Licuado (LNG) mediante buques metaneros que lo único que hizo fue solucionar los problemas de abastecimiento de las empresas controladas por Repsol, habiendo sido un gran negocio para la empresa española.

Martín Scalabrini Ortiz

domingo, 7 de junio de 2009

El Modelo actual

En tiempos eleccionarios, los candidatos se preparan para presentarle a la sociedad sus mejores ideas, sus mejores proyectos, sus mejores intenciones. ¿Es realmente así? La oposición liberal (llámese PRO, peronismo disidente o Coalición Cívica) se dedica a atacar al oficialismo en cuestiones de forma, haciendo hincapié en el autoritarismo oficial, en el manejo discrecional de la denominada “caja”, que no es otra cosa que el presupuesto estatal que evidentemente el Poder Ejecutivo tiene la obligación de manejar, en valores republicanos que se están perdiendo, en valores éticos que se están soslayando. Mientras tanto, el oficialismo, simulando ingresar en la discusión política, se dedica a destacar la continuación del modelo adoptado, sin realizar demasiados análisis de modificación de aquél implantado durante la Dictadura Militar y profundizado durante la década del 90 en ocasión del menemato.
La lectura de estas posiciones indica que, por un lado, la oposición liberal no quiere hablar de modelo porque no le interesa. Quiere mantener el mismo entramado económico-industrial que hasta ahora. Para ello, se pide más seguridad, una consecuencia lógica de la amenaza que se cierne sobre los incluidos por parte de los excluidos, principal producto de este modelo. Se pide más institucionalidad, en contraposición a las actitudes autoritarias de los miembros del Gobierno actual. Dos necesidades esenciales para tentar al “medio pelo” argentino, aquella clase media acomodada que aún sueña con su “progreso” y alcanzar los niveles de consumo que se merecen porque “se rompen el lomo”.
Pese a que existe una falta de debates acerca del modelo actual, la realidad indica que la decisión del camino a tomar es demasiado importante como para dejarla de lado. Sabemos que durante la década del 90 se profundizó un modelo económico-financiero implantado durante la Dictadura Militar a sangre y fuego y cuyas consecuencias aún estamos sufriendo. El entramado industrial logrado durante muchos años fue destruido casi completamente y el patrimonio nacional dilapidado en forma vergonzosa.
De un país que fabricaba sus propios aviones, barcos mercantes, locomotoras, vagones, herramientas y máquinas de todo tipo, electrodomésticos para consumo masivo, pasamos a ser un país basado en la exportación de materia prima, principalmente agropecuaria y minera, sin prácticamente ninguna transformación de los productos. Mientras que Raúl Scalabrini Ortiz denunciaba en la década de 1930 que la economía se encontraba en un 50% en manos extranjeras, hoy el porcentaje es de de entre un 70% y un 80% y no hay señales de que esto cambie con el Estado fuera del juego. Las empresas industriales más poderosas (las 100 primeras) han aumentado su participación en el PBI industrial desde un 32% en 2001 hasta un 43% del 2007. Los intereses de los grandes grupos están bien cuidados a pesar de la retórica en contrario del discurso oficial y de los espasmos reaccionarios de los grandes medios de comunicación y de los partidos liberales que ven “amenazados” sus intereses. Los resortes estratégicos de la economía se mantienen en estado de despojo y expoliación.
El petróleo, un bien esencial para el desarrollo de cualquier país al punto tal de declararse guerras injustas en su nombre, está en su totalidad en manos extranjeras que perciben los beneficios de la ley corta de hidrocarburos (provincialización de los recursos) y la ley de incentivo a la exploración otorgando más prebendas de las que ya gozaban. Alguien preguntará si es tan buen negocio porqué las empresas no invierten. Es muy simple. Las empresas no invierten porque no piensan ni un segundo en el interés nacional. Estas empresas extranjeras son multinacionales que explotan el petróleo allí donde les conviene. En el caso particular de Repsol, compró YPF a precio vil con lo que calculan sus tasas de ganancias sobre ese poco dinero invertido. Es evidente que a Repsol le conviene explotar al máximo lo que obtuvo barato de YPF (reservas cuantiosas, mercado monopólico, planificación estatal a 20 años, etc.) e invertir en cualquier otro lugar del mundo.
La minería es otro ejemplo de explotación sin controles con el adicional de que nos deja el ambiente contaminado y un agujero en medio de los cerros en el caso de la minería a cielo abierto. La mayoría de las empresas son extranjeras y no tienen la obligación de ingresar al país un solo dólar producto de la exportación. Se les entregan beneficios impositivos como el de no pagar impuestos por la importación de bienes de capital, algo absurdo si pensamos en la reindustrialización del país intentando fabricar esos mismos bienes de capital. El caso paradigmático es La Alumbrera que posee la explotación de cobre y oro en Catamarca a cielo abierto, transporta el mineral en un mineroducto hasta su separación en Tucumán y allí, con su propio ferrocarril, lo transporta al puerto Alumbrera en San Lorenzo en las cercanías de Rosario. Todo a pedir de La Alumbrera. ¿Esto es el desarrollo nacional? Otro caso paradigmático es el proyecto en ejecución Pascua Lama, beneficiada por el Poder Ejecutivo al vetar la ley de protección de glaciares aprobada por mayoría en las Cámaras del Congreso. Un sinsentido inexplicable que beneficia a la empresa anglo-canadiense Barrick Gold.
Los ferrocarriles siguen concesionados. Los ramales de transporte principales están en manos de los Grupos económicos interesados. Miles de kilómetros de ramales fueron cerrados durante la década del 90 y nunca más fueron reabiertos. Los pueblos y los talleres que dejaron de existir siguen esperando que aparezca el ferrocarril para que vuelvan a vivir. Los servicios urbanos e inter-urbanos prestan un servicio lamentable siendo los peores del mundo. La propuesta del “Tren para todos” recuperaría en parte los ferrocarriles logrando mucho con muy poco.
En definitiva, si de modelo se trata, no existe señales claras ni voluntad política para cambiar el modelo implantado, ni desde el oficialismo ni desde la oposición.
Martín Scalabrini Ortiz