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"Verás que todo es mentira,verás que nada es amor,que al mundo nada le importa...¡Yira!... ¡Yira!...Aunque te quiebre la vida,aunque te muerda un dolor,no esperes nunca una ayuda,ni una mano, ni un favor" (Enrique Santos Discépolo)

sábado, 25 de enero de 2014

Los resultados de la devaluación

El 8 de enero de este año nos preguntábamos de qué manera se iba a llevar adelante el plan de desarrollo de exportaciones 2015 con un mercado concentrado y dominado por empresas extranjeras, teniendo en cuenta el poder de veto que este conjunto de actores pueden tener sobre las políticas públicas por su fuerte poder de fuego al ser generadores de divisas. Los eventos de los últimos días en materia económica, devaluatoria podríamos decir, parecen dar la respuesta.

En el Nro. 97 de la Revista Qué de Agosto de 1956, Raúl Scalabrini Ortiz escribía: "Un sólo medio de exportar más: comer menos", con la simple y precisa aplicación de la fórmula para entender aspectos de economía, "sólo se necesita saber sumar y restar".
El problema en aquel momento era la industrialización y el aumento del consumo interno. El gobierno golpista del 55 quería aumentar la presencia de nuestro país en los "mercados internacionales" (principalmente Inglaterra) cumpliendo con el papel asignado de país periférico y semicolonial como proveedor de materias primas. En ese artículo se explica que para aumentar las exportaciones es necesario disminuir el nivel de vida de nuestro pueblo.
Los efectos de una devaluación son conocidos, tal como también explica don Raúl en "Hacia otra brutal desvalorización del peso?", Revista Qué Nro. 150, Octubre de 1957. Casi inevitablemente, se reducirá el nivel de vida de los argentinos, a menos que existan fuerzas populares capaces de pelear en la puja distributiva que se va a llevar adelante los próximos meses (ya se está hablando de "adelanto de paritarias", de "tener cuidado con las expectativas que se generan", H.Recalde dixit, de "recomposición de precios", etc.).

Analicemos lo que expresan los analistas de uno y otro medio. Raúl Dellatorre en Página/12 (25/01/14) sugiere que "la devaluación fue el resultado de una prolongada y sangrienta pulseada con poderosas corporaciones económicas y financieras (...). Pulseada en la que el Gobierno debió finalmente ceder". La misma afirmación utilicé el jueves pasado aquí tratando de dar una identificación un poco más sustancial de los sectores involucrados.
Por otra parte, en La Nación se habla de "poner techo al déficit fiscal y la emisión monetaria" (Jorge Oviedo, 25/01/14), que no es otra cosa que bajar el nivel de vida de los argentinos, y que se debería haber hecho antes de estas medidas. Pablo Tigani, por su parte, añora el endeudamiento, mientras que Luis Eduardo Curia acepta la flexibilización del "cepo" pero cuestiona la falta de un plan integral que contenga "política fiscal, monetaria y de ingresos" (para los lectores de La Nación es claramente reducir el gasto público, reducir la emisión monetaria y reducir los ingresos de las mayorías).

Las modificaciones estructurales no se realizaron. Pese al proceso de reindustrialización acotada de la última década, el perfil productivo nacional no se modificó en lo sustancial. La extranjerización de la economía no se revirtió, sino que incluso se profundizó levemente. El 70% de las ventas de la cúpula industrial (100 empresas industriales más grandes) provienen de empresas extranjeras. Mientras que el 68,1% de las exportaciones totales de la cúpula industrial fueron explicadas por las corporaciones transnacionales. Economía extranjerizada con perfil fuertemente exportador con una inserción en los mercados internacionales de productos primarios e industriales con baja elaboración es una clara característica de país semicolonial, de acuerdo a los conceptos que muchos de nosotros conocemos.

Este sector junto con el agropecuario por medio del comercio exterior de granos en manos de un puñado de empresas transnacionales le han dado el brazo a torcer al Gobierno, tal como señaló el mismo Capitanich diciendo que "la devaluación no fue inducida por el Estado". La macroeconomía está siendo definida en otros ámbitos diferentes que la soberanía popular.

En los próximos meses se llevará a cabo la puja redistributiva de este pequeño shock devaluatorio. El sector trabajador deberá hacer frente a los intentos de las grandes corporaciones de materializar (ya lo están haciendo en la medida que no haya aumentos de salarios) esta medida apoyada y aceptada por los grupos empresarios (UIA, Cámara de la Construcción, Cámara de Empresarios Mineros, Federación Agraria, Cámara del Calzado, ADIMRA (aunque en esta cámara creo que hay un mensaje entrelíneas al decir que "la definición del tipo de cambio corresponde a la esfera del gobierno nacional (...) y no de algunos pocos que ven en ello una oportunidad de especulación y ganancia financiera", cuando en realidad el mismo gobierno asume que no fue así), CGE, etc., Página/12, 25/01/13). Es una situación complicada porque se llega a este momento con el movimiento obrero organizado dividido y con un resultado de elecciones (en mi opinión hubo una derechización), que no favorece el contexto político para enfrentar la pelea.

Mientras tanto la lucha por la liberación nacional, la independencia económica y la justicia social, por lo tanto las reformas estructurales, seguirán esperando.


Martín Scalabrini Ortiz

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