Acabo de terminar de leer las 269 páginas de la Resolución del juez Bonadío de la causa 10456/14 en la que dicta prisión preventiva a Julio De Vido y a Roberto Baratta, por la compra de Gas Natural Licuado (GNL) entre el 2008 y 2015.
https://es.scribd.com/document/362072468/doc-20944-pdf
No tengo ningún interés en defender a estos dos personajes, pero las razones en las que se basa la resolución para dictar los procesamientos son un mamarracho. No suelo utilizar adjetivos de la magnitud precedente, pero en este caso se aplica perfectamente.
Asume por probado que por un total de compras de GNL de U$S 15.316.193.280 (aprox. U$S 15.300 millones) se pagaron sobreprecios por U$S 6.995.926.798 (casi U$S 7.000 millones), lo cual es una suma exorbitante como se podrá apreciar. Ya de sólo verlo es raro que se pague un sobreprecio de semejante magnitud tratándose de un casi commodity con precio internacional.
Pero sigamos. Lo da por probado porque, como indica en la pág. 233, dice "La hipótesis delictual se encuentra probada en la causa a raíz del peritaje realizado por el Ingeniero David Cohen (...) de cuyo resultado se advierte que el precio por el que se abonó el GNL durante el período en cuestión fue a valores superiores a los de mercado".
Este es todo el eje del argumento. No sé quién es David Cohen, pero estoy seguro que ignora el comportamiento del mercado de GNL o actuó de mala fe. Bonadío descarta otra pericia por parte de otro perito (pág. 240), con lo cual hay una direccionalidad en este sentido.
En la pág. siguiente dice que se encuentra probado que se abonaron los valores promedio que menciona entre los años 2008 y 2015, pero que se debió haber pagado otros valores que menciona según la pericia. Los valores están en U$S x MMBTU (millón de BTU es una medida de energía). Multiplica por la cantidad de cargas y saca el supuesto sobreprecio.
La pericia tiene, sin embargo, un error grave (garrafal diría), que es considerar el precio del Henry Hub en EEUU (precio interno de referencia del Gas Natural en estado gaseoso en un lugar determinado) más un costo, que sería el de traer ese gas a la Argentina. Ese costo tendría incluido la licuefacción (el Gas Natural Licuado se transporta en estado líquido como su nombre lo indica), el transporte, un seguro y una prima. Entonces eso lo compara con lo que realmente se pagó.
Es una aberración. Como todo el mundo sabe el mercado se compone por cosas que se pueden comprar. El gas de EEUU no se podía comprar en forma líquida hasta que empezó a exportar en 2016, gracias al aumento de producción del shale gas. Por lo tanto, decir que el precio promedio del mercado internacional es el de EEUU más un costo adicional es ridículo, porque no se podía comprar.
Lo que se podía comprar era el gas que se comercializaba en el mercado asiático o con referencia a ese mercado. Japón compraba alrededor del 35% del GNL del mundo. Con lo cual, los precios que pagaba Japón eran los precios que finalmente se pactaban con el resto del mercado.
En la figura que adjunto se muestra que fue lo que pasó (se puede buscar en el IGU_World_LNG_Report_2016) .
Entre los años 2008 y 2010 el precio del GNL estaba más o menos en línea con el Henry Hub (curva Roja) más una diferencia. Pero luego el precio en el mercado asiático comenzó a subir por la salida de funcionamiento de las centrales atómicas japonesas luego de Fukushima. La electricidad comenzó a ser generada por Centrales Térmicas a gas. Eso hizo que el precio aumentara como se ve en la curva color verde (Japón) y en la de color naranja (Asia).
Así que según Bonadío habría que meter preso al que compró en Japón y en todos los países asiáticos que compraron GNL. Increíble.
A continuación se muestran los valores que aparecen en la pág. 241 de la Resolución, basándose en la lamentable pericia de David Cohen.
Año 2008:
Se pagó en promedio U$S 15,84 x MMBTU.
Dice que se debió pagar U$S 14,40 x MMBTU.
Año 2009:
Se pagó en promedio U$S 7,24 x MMBTU.
Dice que se debió pagar U$S 7,18 x MMBTU.
Año 2010:
Se pagó en promedio U$S 7,66 x MMBTU.
Dice que se debió pagar U$S 7,98 x MMBTU.
Año 2011:
Se pagó en promedio U$S 12,41 x MMBTU.
Dice que se debió pagar U$S 7,70 x MMBTU.
Año 2012:
Se pagó en promedio U$S 15,59 x MMBTU.
Dice que se debió pagar U$S 6,46 x MMBTU.
Año 2013:
Se pagó en promedio U$S 16,22 x MMBTU.
Dice que se debió pagar U$S 7,44 x MMBTU.
Año 2014:
Se pagó en promedio U$S 15,54 x MMBTU.
Dice que se debió pagar U$S 8,10 x MMBTU.
Año 2015:
Se pagó en promedio U$S 10,64 x MMBTU.
Dice que se debió pagar U$S 6,31 x MMBTU.
De esta manera Bonadío asegura que hubo sobreprecio, sin tener en cuenta que el Gas Henry Hub de EEUU, sobre el cual se basó la pericia, no se comercializaba en el mercado internacional en esos años. Sino que lo que debería haberse tomado es el precio que pagaba Japón o países asiáticos.
Por otra parte, en las declaraciones se mencionaron varios entes de control y auditorías: SIGEN, AGN, UBA (Facultad de Ciencias Económicas, UAI y Price Waterhouse. Es curioso que no se haya tomado declaración a nadie de estos entes que haya estado involucrado en los controles.
Es evidente que hay una manifiesta intención de llegar a un resultado determinado, al menos en este caso. Lo cual es muy preocupante, porque nadie está ajeno a este tipo de maniobras.
Martín Scalabrini Ortiz
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